La dotación de la infraestructura y equipamiento adecuados a las comunidades y localidades de los diferentes territorios, ha sido un ejercicio de gobiernos e instituciones que, sin querer serlo, se han vuelto práctica hoy en el discurso arquitectónico.
Desde la Casa del pueblo hasta el Auditorio Nacional, estos elementos del paisaje se deben de planear, proyectar y por supuesto realizar conforme la condición actual del territorio donde se implementan, pero prospectando el desarrollo de las comunidades que forman parte indisoluble de ellos.