Este proyecto se inserta en un conjunto mayor de residencias cercano al aeropuerto de Cancún. Igual que el caso de Calamanda, encargo del mismo promotor, no se llegó a la construcción. Pero como todo ejercicio y proceso, nos permitió repasar bases de diseño del oficio.
Así, el proyecto propone aprovecha la vegetación existentes, orientación de asoleamientos y vientos favorables que atraviesen la edificación. Y así, por medios pasivos y elementales del diseño bioclimático, adaptar los diferentes usos a las condiciones del sitio. Condición que no se pudiera lograr si las reglamentaciones del conjunto no lo promovieran, de hecho. Tema pendiente es el diseño de vivienda social adecuada a las condiciones de clima de las regiones.
Una particularidad del caso lo lleva en el nombre. Quien encargara el proyecto, alarmado por los temas de inseguridad o catástrofes naturales, insistía en la consideración de un espacio a resguardo de ello. Entonces (2017) parecía una exageración. Hoy es una realidad.