Aunque significa quizá la tipología que más favorece el desarrollo del oficio arquitectónico, la vivienda sigue siendo también el mayor de los retos para demostrar el dominio de ese quehacer.

Un oficio que reúna la asertividad en la repuesta a las necesidades planteadas, en un conjunto armónico y bello; que además se realice con la eficiencia de la distribución y proporción de los espacios, uso de sistemas constructivos y materiales adecuados, en el tiempo y costo considerado de origen, no es simple.

Quien comprende y responde apropiadamente a las diferentes escalas (tamaño individual y/o agrupación), promoventes (público o privado), y recursos financieros (vivienda social o residencia), con la misma calidad de diseño, domina el oficio y quehacer arquitectónico de la vivienda y cualquier otra tipología.